Los fenómenos naturales que estamos viviendo afectan a toda la actividad económica en su conjunto y demuestra nuestra fragilidad como sociedad. Los incendios forestales (en dos lamentables casos se ha comprobado la intencionalidad detrás de ellos), las inundaciones y el uso del suelo (la construcción de viviendas en terrenos anteriormente destinados a la actividad forestal) constituyen un escenario que amenaza los esfuerzos de reabastecimiento y reforestación necesarios para nuestra industria forestal.
Estamos en un momento de inflexión que nos obliga a ser colaborativos e innovadores. ¿Cuáles son las mejores políticas públicas para incentivar la industria forestal que es clave para el 1,6% del PIB nacional? Es relevante unir esfuerzos para el manejo responsable del bosque, pero también para la búsqueda de modelos de prevención, así como que el Estado desarrolle modelos de repoblación forestal, destacando la renovación de plantaciones de pino, quién lo hace y cómo. No se debe castigar a los pequeños y medianos propietarios (se debe poner énfasis en la intencionalidad), y es necesario vincular a las empresas con la comunidad y el territorio, para prevenir.
“Las autoridades del Ministerio de Agricultura no están atadas de manos respecto a la forestación” -explica Ciper Chile en un reportaje del tema publicado este 17 de junio- “… es perfectamente posible impulsar incentivos para pequeños y medianos propietarios, con suelos erosionados, sin exclusión de especies, con el fin de enfrentar la crisis de abastecimiento de la pyme maderera e impulsar el reemplazo de materiales como el cemento y el acero en la construcción”
Necesariamente la crisis que vivimos nos obliga a ser colaborativos e innovadores. Por eso también es bueno “mirar para el lado” y buscar inspiración.
Nueva Zelanda, como parte de su estrategia de cambio climático y mitigación de emisiones, se ha comprometido a plantar mil millones de árboles en los próximos 10 años. China tiene un plan llamado Proyecto de la Gran Muralla Verde, que busca plantar una barrera forestal de árboles a lo largo de la frontera norte del país para combatir la desertificación y la degradación del suelo. Suena ambicioso, pero también es inspirador ver cómo han llegado a estas conclusiones. En Noruega, por ejemplo, se otorga gran importancia a la Investigación y Desarrollo, con un sistema de captura de medidas proactivas en apoyo a iniciativas de reforestación, educación, incentivos económicos e inversión en desarrollo sostenible.
En esa línea, son muy positivas las instancias de colaboración que han surgido en Chile como el compromiso de acuerdo transversal suscrito entre los sectores forestal y de la construcción, la Central Unitaria de Trabajadores, instituciones de educación superior y medios de comunicación. Actores relevantes de la sociedad están trabajando en una red colaborativa que impulsa un futuro sostenible para la región, Chile y el planeta.
Como PYME y los pequeños y medianos propietarios, podemos contribuir a agregar valor a los trabajos que defienden nuestra industria forestal y desarrollan productos de calidad que aporten a la construcción y a la transformación de productos útiles para el futuro.
Nuestro compromiso se extiende más allá de los límites de la empresa; asumiendo la responsabilidad hacia nuestros clientes, la comunidad que nos rodea y el territorio que habitamos. Y queremos, sin duda, garantizar productos de alta calidad, fomentar la economía circular en el proceso y contribuir a un medio ambiente sostenible.
Es por lo anterior que cuándo nos hemos planteado la pregunta ¿Cuáles son las mejores políticas públicas para incentivar la industria forestal que es clave para la economía del país, alineados con la sostenibilidad?
Una de las respuestas urgentes que se vislumbra actualmente es la necesidad de implementar mecanismos de estímulo y subsidio dirigidos a los pequeños y medianos propietarios de terrenos, con el objetivo de aprovechar las 2.000 hectáreas de suelo erosionado disponibles en el país. Esta medida apunta a garantizar, a mediano y largo plazo, el suministro de materia prima esencial para promover la economía circular en la industria maderera. Actuar en esta dirección no solo impulsa la recuperación de suelos degradados, sino que además fortalece la sostenibilidad y la competitividad del sector forestal.
Lorena Vargas
Gerenta general.